jueves, 28 de noviembre de 2013

domingo, 24 de noviembre de 2013

Urgente lectura



La urgencia viene dada porque es imperioso pillar este libro pero creo que una lectura pausada y, al mismo tiempo, apasionada será lo más aconsejable. 

Un libro que no decepcionará a los amantes de la Historia. Esperemos que no lo censuren, el autor es un buen tipo... Aunque, como intenta demostrar este blog, a más zancadillas más repercusión obtiene el objeto zancadilleado.

Felicidades, Cayetano.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Eterna censura


 Hace breves fechas, mi alumno E. me explicaba que él creía perdido eso de la censura: ¿cómo en un mundo que domina la democracia por doquier puede existir una cosa tan obtusa?

Esto me hizo recordar unas palabras de un libro ya referenciado aquí y en el que el autor, Máximo, se dirige directamente a esa señora llamada censura:

(...) que usted existe, que usted es una pesada de tomo y lomo, y me quedo corto, que lo más probable es que usted desaparezca el día del Juicio Final, pero que este hecho comprobado y este futurible alcance del más lego de los progetas, no son suficientes para arrojar la toalla, habida cuenta de que usted colecciona toallas arrojadas (...)

Pues eso, de aquí a la eternidad que declamaban los Clash y de ahí, derechitos al infierno. Pero a pesar de ello, y tal cómo nos indica Máximo, hay que seguir luchando contra ella y su programa de intervención.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Gacetilla. De noticias y demás embustes


Todos los engaños, todas las modificaciones, todas las censuras, todas las supresiones, todos los cultos a la personalidad... que intento enseñar en mis clases de proyecto sobre censura, resumidos en unas cuantas líneas.

martes, 5 de noviembre de 2013

La barba no es moderna



Leyendo un chacarrillo que no viene a cuento sobre un concurso de barbas, recordé algo que escuché en la radio hace tiempo y que me ha tocado constatar. 

Pedro I de Rusia que adoraba lo europeo como moderno que era, decidió que las barbas no lo eran: ni modernas ni europeas. Por tanto, el verbo censurar debería relacionarse con el infinitivo rasurar. Pedro I ordenó a los miembros de su corte y oficiales que se afeitaran algo que soliviantó a los boyardos, nobles terratenientes orgullosos de sus apéndices capilares. En caso de no hacerlo estableció un impuesto de 100 rublos.

Por supuesto, admitió que los sacerdotes ortodoxos pudiesen las barbas y permitió, de la misma manera, que los campesinos también pudiesen llevarlas. ¿Cómo controlarlos a todos?


viernes, 1 de noviembre de 2013

Desfile de Halloween (Y otra vez el dichoso Reed)


Creo procedente acabar la semana dedicada a mi censurado favorito (bueno, uno de ellos). Se suma su muerte + su canto al desfile de Halloween + una estupenda viñeta por su obituario. Descanse.


No dejen de seguir a este caballero para más viñetas memorables.