martes, 29 de diciembre de 2015

No solo de la ceja...

Muchos se oponen a la actitud de ciertos artistas a posicionarse en un lado en otro. Por mi parte, no creo que sea un mal empeño si tienes las ideas muy claras pues... adelante. Otra cosa es lo que ocurrirá cuando el político de turno te decepcione.

Para las elecciones de 1987, mis intocables Paul Weller, Billy Bragg y mi menos intocable Sommerville (¿recordáis a los Communards?) montaron una plataforma para organizar fiestas y conciertos (Red Wedge) en pro del partido laborista. En ellas participaron desde las Bananarama hasta Elvis Costello.

Este frente común era explicable cuando delante estaba casi el mismísimo diablo (que por cierto, no pudo ser derrotado).





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