Año 1967, década de lucha por los derechos civiles. La película se llamaba
Adivina quién viene esta noche (Stanley Kramer) película sobre un matrimonio entre un negro y una blanca, matrimonio que,
hasta esa fecha, estaba prohibido en una quincena de estados.
¿Cómo mostrar entonces el primer beso interracial en el cine? La solución que se tomó fue hacerlo a través del retrovisor de un taxi, que parece que no sea una visión directa de algo, insisto, que era pecado en gran parte de Estados Unidos.
Como era previsible, los actores (Sidney Poitier y Katharine Houghton) acumularon una significativa cantidad de anónimos con amenazas de muerte.
1968, El planeta de los simios (Schaffner).
Un año después hubo otro beso interracial (esta vez sin espejo por enmedio) que increíblemente también trajo miga en el país norteamericano:
- Dra., quisiera darte un beso de despedida.
- De acuerdo, pero... ¡eres tan condenadamente feo!