miércoles, 16 de septiembre de 2015

Tkachenko



Hubo una ocasión en que existía un tipo en la cancha que impedía que te pudieses mover en la zona, coartaba la posibilidad de deambular por debajo del aro y te hacía imposible encontrar un hueco en el campo de baloncesto. Y lo dice un tipo que tampoco era un mequetrefe:

 ¡Cuando terminabas de rodearlo se había acabado el primer tiempo! Era imposible pararlo.


Dino Meneghin 

jueves, 10 de septiembre de 2015

Pasión por el halago

Todo el que nos censura  nos parece sectario o malevolente, pero el más trivial de los halagos hace que concibamos una especie de impaciente simpatía incluso por quienes conocemos sin controversia como acendrados cretinos.